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¿Qué es eso de Al Margen?

Cuando en 1986 un puñado de compañer+s, supervivientes de todo tipo de naufragios colectivos y personales, decidimos abrir un Ateneo Libertario, que casi por casualidad acabó llamándose Al Margen, no pretendíamos crear ninguna gran organización donde nuestro ego y ansias de poder se realizaran plenamente, ni teníamos otras miras que ofrecer un espacio para la reflexión y la difusión de las ideas libertarias y sostener un oasis donde la cultura comprometida y crítica pudiera refugiarse, anidar y volar con nuevos impulsos. Nos pusimos al margen del poder y sus numerosos pretendientes, al margen de las tendencias y capillas que han creído ser depositarias exclusivas de la historia y el ideario anarquista, al margen de corrientes supuestamente hedonistas. Por eso estamos en Al Margen, pero no pasamos de nada, porque todavía no hemos llegado a ningún sitio.


Desde entonces ha llovido de todo para casi todos, pero Al Margen ha seguido trabajando en aquella línea que nos marcamos; debatiendo y actualizando la visión libertaria del mundo, de las relaciones de poder, de los compromisos sociales ante la ausencia de libertad y de justicia. Seguramente no hemos sido más que un grano de arena en el desierto conformista y consumista; lo sabemos, pero sólo aspirábamos a cumplir ese papel de luciérnaga en la larga y oscura noche de las ideas en que vivimos, y hasta parece que felizmente.


Algo sí que hemos logrado, porque infinidad de exposiciones, de charlas, de sesiones de cine, teatro, música o poesía, de excursiones, de cenas y fiestas solidarias con causas no del todo perdidas jalonan nuestra trayectoria y llenan a rebosar los archivadores del recuerdo. La pasión que siempre hemos confesado por la buena literatura nos empujó a montar una biblioteca (especializada en temas sociales) y a convocar nuestro famoso certamen de cuentos. Con esos relatos que se premian en el concurso y con otros trabajos de interés vamos publicando, cuando hay tiempo y dinero, diversos libros que se distribuyen por los circuitos alternativos.


Pero no nos limitamos a permanecer encerrados y revolcándonos en una supuesta erudición, dentro de esa especie de concha protectora que podría representar nuestro local, sino que hemos apoyado cuantas movilizaciones, proyectos y campañas nos han parecido interesantes y coincidentes con el ideario anarquista. Pretendemos continuar así, dando soporte a convocatorias que tengan como componente la lucha o la denuncia contra este sistema que nos explota y oprime.


Por supuesto que sabemos cuán difícil están las cosas, y que no verán nuestros cansados ojos la sociedad libre tantas veces soñada. Lo sabemos y no nos importa demasiado. Y es que soñar con la Utopía, perseguirla mientras se aleja irremediablemente, nos ayuda a caminar, a vivir con dignidad. También nos resulta muy útil poner ya en práctica esos valores éticos propios del anarquismo, dotar a nuestras relaciones personales y a los proyectos que pongamos en marcha del contenido solidario y libertario que decimos representar. Así podemos experimentar ahora mismo lo que de placentero tiene vivir entre iguales y sin normas impuestas.


En el Ateneo Libertario Al Margen, evidentemente, no se busca tomar ni compartir el poder, pero sí combatirlo con todas nuestras energías. Somos un grupo abierto y en permanente formación, donde las dudas son más que las certezas y la razón pesa más que la fuerza. Aquí cualquier persona que respete los principios básicos puede integrarse, participar en las asambleas, aportar propuestas o trabajar en los distintos grupos que funcionan o se puedan crear en el futuro.


Como libertarios que intentamos ser, en las asambleas se busca antes el consenso que la victoria en una votación, cada cual cotiza según sus posibilidades y se compromete en los proyectos y propuestas con los que más se identifique.


Y ahora que sabes todo esto, ¿te pones tú también Al Margen o te dejas arrastrar por la corriente?

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